La infancia está mal asociada con la felicidad absoluta, el bienestar y la ausencia de problemas. En resumen: perfecto. Sin embargo, esto no es más que una concepción idealista y un estereotipo más, ya que los niños también enfrentan dificultades en su vida cotidiana y emociones conflictivas que no pueden expresar, entre otras cuestiones que pueden reflejarse en la conciencia del niño.
El acoso escolar, las manifestaciones de rebeldía, las distracciones excesivas, la falta de concentración, el divorcio de los padres o la dificultad para hacer amistades son situaciones que, con la herramienta de psicología infantil, permiten resolver el conflicto y actuar por el futuro funcional y beneficioso.
Cuando los padres se sienten confundidos acerca de cómo lidiar con una actitud o comportamiento diferente en su hijo, es cuando deben ver a un psicólogo infantil.
La psicología infantil estudia el comportamiento de los niños hasta la adolescencia.
Son muy vulnerables a situaciones conflictivas vividas en el hogar, por ejemplo, discusiones entre padres, problemas económicos, discusiones con hermanos, la muerte de un familiar o un divorcio.
Como adultos podemos quedarnos ciegos y no darnos cuenta de que se trata de situaciones que pueden desencadenar reacciones de constante enfado o profunda tristeza en el niño o adolescente que pueden requerir la ayuda de un psicólogo.
Se solicita con anticipación ayuda profesional, estos ayudarán al niño a recuperar su bienestar, evitando que el problema empeore afectándolo a lo largo de su vida.
Comentarios recientes